De unos años hacia aquí proliferan muchos artículos sobre
la lactancia, cuando esta es algo inherente al ser humano desde el principio de
su existencia. Sin embargo, la lactancia ha sufrido una terrible crisis y ha
estado a punto de ser «desterrada», al menos en los países desarrollados.
En los tiempos que vivimos –donde la información está al
alcance de cualquiera— muchas mujeres han fracasado a la hora de dar el pecho a
sus hijos y mucha gente, erróneamente, cree que lo ha hecho porque su leche «no
valía» o «no tenía suficiente», unos mitos muy arraigados pero que, con
paciencia, ayuda e información pueden eliminarse.
Lo primero que tiene que tener claro una mujer que va a
dar el pecho es si realmente quiere hacerlo.
Esta pregunta, que puede resultar baladí, es sumamente importante y conviene
que esa mujer sepa que no todas las historias de lactancia son cosa de coser y
cantar. No todos los bebés cuando nacen se «enganchan» sin problema al pecho de
su madre y maman siempre a las mil maravillas. Si eso fuese así, apenas habría
fracasos y lo cierto es que los hay. Y muchos.
Sin embargo antes no los había, ¿por qué? Son muchos los
factores pero es importante señalar la circunstancia de que las mujeres en el
siglo XIX no eran como las de ahora. Entonces su papel en el hogar estaba
perfectamente definido y su misión, una vez casadas, era tener hijos y
criarlos, y entre la crianza, especialmente si no eran ricas, estaba la labor
de amamantar. Se ayudaban entre ellas y se pasaban los conocimientos de unas a
otras sin intermediarios, sin internet, en vivo y en directo. Por supuesto si
existía alguna mujer con incapacidad para amamantar siempre se podía recurrir a
las nodrizas, a otra mujer de la familia que estuviera criando o a la leche de
vaca diluida en agua.
A partir de los años sesenta, con la llegada del
feminismo, la píldora anticonceptiva y la incorporación de la mujer al trabajo,
el mundo femenino experimentó su gran revolución y, con ella, la de su
sexualidad y con ella una función íntimamente ligada: la reproducción. No se
sabe qué vino primero si el huevo o la gallina, pero lo cierto es que la
lactancia se empezó a ver como algo que ataba a la mujer a su casa, a no poder
desarrollarse como profesional. Un feminismo mal entendido que atacaba a algo
maravillosamente mamífero que la naturaleza sólo ha otorgado a las mujeres, dar
alimento a tu hijo con tu pecho.
Y es que dar el pecho ata, pero te ata a tu hijo (al
menos las horas que le das el pecho) y es importante recordar que las ataduras
hechas con amor pierden la condición de tal. La OMS, y muy especialmente las
mujeres que integran la liga de la leche, han hecho muchísimo para recuperar
algo tan propio de la mujer y que, de ninguna manera la deja atrás en una
supuesta carrera laboral. Es importante defender las cosas que son de verdad
nuestras.
Aquí unos consejos sencillos para tener una lactancia
eficaz.
1.Oriéntate sobre el tema con personas capacitadas.
- Conseguir información sobre cualquier cosa es sencillísimo, sin embargo con respecto a la lactancia materna hay mucha desinformación (incluso a veces entre los profesionales sanitarios), muchos mitos extendidos durante años y muchas creencias erróneas que no se discuten.
2. Amamanta al bebé apenas nace o durante la hora siguiente al
alumbramiento.
- Amamantar al bebé en las primeras horas de vida, si es posible dentro de la primera media hora. Además de favorecer la contracción del útero tras el parto, contribuye a que la leche suba más rápido gracias a la estimulación que realiza el bebé a succionar.
3. Paciencia infinita.
- Todavía no eres una experta, especialmente si se trata de tu primer bebé, pero ambos aprenderán. La paciencia es, creo, uno de los pilares fundamentales de una lactancia exitosa.
- No te rindas ante un fracaso. Cualquier inconveniente puede sobrellevarse con actitud positiva y amor.
3. Amamanta a libre demanda, sin horarios ni restricciones.
- El reloj no es compatible con una lactancia exitosa.
- Dar la teta a demanda es hacerlo siempre que el bebé lo pida, sin horarios, incluso por la noche. Poco a poco el bebé irá estableciendo su propio ritmo de alimentación con intervalos regulares.
- Puede que el bebé tenga hambre a la hora de haber terminado una toma o que sienta ganas de recibir el calor de la madre ante sueño, frío, malestar, irritabilidad. Recordemos que la teta es alimento, pero también consuelo.
5. No des al bebé chupón (chupete) el primer mes si te resulta difícil
establecer la lactancia.
- Se desaconseja el uso de tetinas por lo menos hasta que haya quedado establecida la lactancia materna. La succión de la tetina es diferente a la succión del pezón pudiendo llegar a confundir al bebé.
6. Estudia todas las posiciones que existen para amamantar y rótalas.
- Si el bebé no está bien colocado al pecho le cuesta más obtener la leche corriendo el riesgo de que se canse de intentarlo.
- La clave es acercar al bebé lo más posible al pecho colocándolo barriga con barriga con la madre y asegurándose de que la mayor parte de la areola mamaria está dentro de la boca del bebé.
7. Durante el proceso, apóyate de alguna almohada o superficie suave.
8. Bebe mucha agua durante todo el día para estimular la producción de la
leche.
9. Lava el área del pecho solo con agua y no utilices cremas ni lociones.
- En caso que sufras erosiones puedes usar cremas con vitamina E que debes retirar bien antes de amamantar para que el bebé no rechace el seno.
10. Rodéate de personas que crean en la lactancia.
- Convive con gente que inspire confianza y afirme tus ideas sobre crianza y alimentación.
- Lo más probable es que recibas comentarios negativos de madres que nunca han amamantado o no tuvieron éxito intentándolo.
- No dejes que nadie sabotee la relación que quieres con tu bebé, especialmente en esas semanas iniciales donde las cosas pueden no parecer tan sencillas.
11. Respetar el ritmo de toma del bebé.
- Como sabes, la composición de la leche no es la misma al comienzo que al final de la toma, por eso no es conveniente quitar al bebé del pecho a la mitad de la toma para cambiarlo de pecho.
- Debemos respetar el ritmo del bebé, cuando esté saciado, será él quien deje de tomar. Lo más seguro es que se quede dormido, sobre todo durante las primeras semanas.
12. Que el trabajo no sea un impedimento.
Si tienes que
volver a trabajar puedes seguir dandole tu leche "a distancia".
Puede extraerte la leche y almacenarla para que el bebé
sea alimentado con lo mejor durante las tomas que tú no puedas darle.
Es un esfuerzo, pero merece la pena.
13. Asiste a grupos de apoyo.
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